primera página
quien quiera huir,
que proclame con alaridos intensos
la inocencia de los que no miran
por una angustia no deseada
que se sienta ofendido
ante la pérdida de la bondad
y la deliciosa tristeza
que se arriesgue a perderse
en el engranaje existencial
de una vida acceptable
que explique las razones
de una mala historia
desnudo por las calles
que camine como si nunca
lo hubiera hecho
perdiendo toda noción de distancia
que se asombre con el vacío
vertiginoso que lo espera
más allá de la cobardía de sus venas
que conteste con severidad
contra la coraza de la propaganda
que arde lentamente en el corazón
que se muestre cortado por las sombras
no olvidadas de noches desafortunadas
ante los alaridos de los transeúntes
que distinga enemigos en la oscuridad
que pisa firme las ilusiones
que alguna vez lo suspendieron
que se sumerja en la perspectiva
del fracaso como una lección
de la mentira que paladeó
que evite el temor de los cables
eléctricos que sacudieron
tantas almas recordadas
que anuncie por la noche
desde un rascacielo iluminado
las tinieblas del encierro
quien quiera huir,
que sepa regresar