el pan nuestro

sus ojos fijos en la nada vacía caja en la vida que no le da pero agradece en la vida que no le da sino la esperanza de la muerte que nunca llega como un refugio esperado un cielo azul como nunca la mesa gris el pan el vaso de leche jugo agua o un café necesario insuficiente rodeado de mar bosques campos supuestos sin embargo los pajaritos cantan

en unos minutos

la ventana es ahora solo un reflejo en una noche sin luna y llena de estrellas que no veo sino que pienso. no podría escribir sin esta luz que denuncia a la ventana de ser espejo cuando el día se duerme, que me abraza para no temer a la muerte. sueño de un tiempo sin más esperanzas que saber de algún meteorito que raya el espacio oscuro que no veo. lo escribo.

manhattan

la ciudad tán lejos
desconocidamente ajena

no más repetidos alaridos
abandonados, anónimos
no más aburridas caras
desconfiadas de manos

¿no es suficiente toda mi alma
que alguna vez existió en ella?

mi espíritu ahora es verde
como este bosque
donde no hay horizonte

sistemas

el sistema nervioso / me adjudica
una responsabilidad que no puedo
aceptar

el sistema amoroso / me adjudica
una libertad que no puedo dejar
de soñar

de lejos

mi locura de impulsos /
/ subterráneos que no paran /
/ sino cuando de tu voz
me atrapa / en esa calma
el ritmo / de tu vida y de siempre
canta / en algún lugar
llegaré a saberme / de volar /
/ sumergido / entre algas
que saludan / cuando paso
en las noches / a tocarlas
con tu voz y mis dilemas /
/ mi querer de abrazarte /
y tu amor / además